¿Alguna vez has sentido culpa por no saber cómo pagar tus tarjetas de crédito? Tal vez sí, pero debes tener en cuenta que en muchas ocasiones este sentimiento proviene de nuestros malos hábitos al usar estos instrumentos.
El mal manejo de estos productos financieros va generando deudas y luego nos parecen eternas a la hora de pagar. Este tipo de comportamiento es más común de lo que piensas, pero la buena noticia es que hay soluciones efectivas.
Si quieres pagar las tarjetas de crédito y no descapitalizarte en el intento, debes estar consciente de tus errores. Lo primero es conocerlos, lo segundo tomar conciencia y el resto se trata de tomar acción. Aquí te damos las claves para hacerlo exitosamente.
1. No sabes cuánto debes de tus tarjetas de crédito
Se trata de uno de los peores hábitos financieros. Es muy fácil incurrir en un consumo aquí, otro gasto allá y no llevar un récord de esos movimientos. Esto se debe a que el crédito te permite gastar hoy y pagar después.
Esa facilidad no es excusa para no llevar un registro, ya que si desconoces cuánto debes, la deuda será peligrosa ¿Qué debes hacer? Recurre a un archivo excel, app o plataforma para anotar todos los compromisos de pago.
De esta forma, no sólo podrás conocer con detalle lo que debes. Al llevar un registro serás más consciente del monto real adeudado. Esto puede servirte para evitar usar la tarjeta de crédito en gastos innecesarios.
2. Continúas haciendo compras
De acuerdo con lo señalado anteriormente, la ventaja de comprar hoy y pagar después nos da luz verde para gastar. Pero este beneficio puede convertirse en un arma de doble filo si consumimos sin control.
El consumo desmedido sólo hará más difícil el hecho de pagar las tarjetas de crédito. Asimismo, el banco no verá con buenos ojos este comportamiento y si no corriges terminarás reportado al Buró de Crédito.
Una buena idea es hacer compras que sepas que puedes pagar al 100% en el próximo corte de tu TDC. Esto evitará que juntes una deuda con otras y así pagar la tarjeta de crédito nunca será un obstáculo.
Antes de hacer un consumo piensa que la TDC te permitirá gastar, pero es un dinero que tendrás que devolver. Además, es un monto que deberás regresar con intereses a una institución financiera.
3. Sigues pagando el pago mínimo cada mes de tus tarjetas de crédito
Es muy común que optemos por pagar el monto mínimo en cada cuota mensual. Pero esto sólo contribuye a que la deuda sea más larga y por lo tanto más costosa. Esto debido a que cada mes la entidad pide un monto mínimo más los intereses.
Pagar la tarjeta de crédito aportando sólo el monto mínimo puede parecernos buena idea cuando no tenemos suficientes recursos. Desafortunadamente esto sólo elevará la deuda de manera exagerada y lo que compraste se volverá más caro cada mes.
Obviamente decidirás cómo pagar la tarjeta de crédito según tu presupuesto, únicamente tú sabes hasta dónde puedes comprometerte. Pero lo mejor es que te esfuerces por aportar más del mínimo, así reduces cuotas y el cobro de intereses.
4. Gastas más de lo que ganas
Sabemos que en momentos en los que falta el dinero, es tentador echar mano de la TDC para satisfacer necesidades. Pero el uso del plástico siempre será más saludable cuando tenemos certeza de la capacidad de pago.
Si no tienes dinero para hacer frente a tus gastos y aun así usas la TDC, entonces estarás en aprietos. Este comportamiento se convertirá en un círculo vicioso del que te costará trabajo salir.
Vivir por encima de nuestras posibilidades sólo saboteará nuestras finanzas personales. Si gastas más de lo que ganas, probablemente no llevas un presupuesto. Como consecuencia de este mal hábito siempre te excederás a la hora de consumir.
El presupuesto nos ayudará a llevar un registro actualizado de las cuentas por escrito o en digital. Si estás al tanto de lo que ingresa y lo que egresa, tendrás una idea clara de cuánto puedes disponer.
Conclusión
La idea no es que temas usar tus tarjetas de crédito, al contrario, es sano mantener activa al menos una. Esto para ir generando un historial crediticio. El asunto está en usarlas con conciencia.
Recuerda que el gasto desmedido, hacer solamente pagos mínimos y vivir por encima de tus posibilidades saboteará tus finanzas. Es esencial que tomes conciencia y control de tus acciones, de ello dependerá tu situación financiera.
No te sientas culpable si hasta ahora tienes deudas y te ha resultado cuesta arriba el pago. Nunca es tarde para revisar nuestros hábitos y corregir lo que no esté funcionando o afecte el bolsillo.
Un consejo útil que te damos es apoyarte en las herramientas tecnológicas gratuitas. Ellas te ayudarán no sólo a establecer un presupuesto sino a nunca olvidar tus compromisos financieros.
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